Como de los errores (propios
y ajenos) se aprende, entendemos que una manera de hacerlo es exponerlos a la
luz, no con una finalidad lúdica o jocosa, sino como una herramienta para
evitar que se repitan o se reproduzcan.
Lo que pretendemos es aglutinar la voz silente del lector enfrascado
en su lectura. Canalizar el asombro, la estupefacción, la duda, la decepción,
la sorpresa… cuando sus ojos se topan con la sombra de la imperfección, con la
incorrección impresa en el papel, con la errata como agente patógeno infiltrado
en el tejido indeleble de una página.
Las diferentes entradas del
blog recogen no solo erratas o errores ortotipográficos, sino también
cuestiones gramaticales de diversa índole que suscitan polémicas y opiniones
contradictorias entre todos los agentes implicados en cualquier publicación: profesionales
de la lengua (traductores, correctores, lexicógrafos y lingüistas), de la
escritura (autores y redactores) y de la comunicación y la edición.
Partiendo del carácter
normativo de las reglas y usos del español, plasmados en los diccionarios, gramáticas
y ortografías emanadas de la
Asociación de Academias de la Lengua Española , que garantizan
un estándar lingüístico común, lo que pretendemos es destacar y señalar esas
«cuestiones» que se apartan de la senda normativa trazada, independientemente
del juicio que esta merezca.
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