Primera edición: enero de 2013. Segunda impresión: enero de 2013. Tercera
impresión: enero de 2013.
ISBN: 978-84-233-4198-6
Este título corresponde al primer volumen de la llamada «Trilogía del Baztán», y ha sido una de las sorpresas literarias más aplaudida por lectores, libreros y críticos.
Destacamos la correcta edición de la novela y señalamos únicamente dos cuestiones: una de estilo; y otra que constituye un error ortotipográfico aparentemente inocuo, pero indicativo de la importancia que puede llegar a tener una simple raya [—] en un diálogo, para que este adquiera un sentido u otro.
La raya reivindica su importancia ortográfica: en este diálogo, tal como está escrito, la falta de la raya de cierre del inciso del narrador provoca que se confunda lo que dice este con la respuesta que el interlocutor da a Amaia.
Por tanto, debe ser:
Como se observa, la correcta colocación de la raya en esa frase no deja dudas que «justo encima» es la continuación de «Afeitados, sólo una sombrita»; y no que, al tiempo que sonreía, el interlocutor se había situado encima de Amaia.
Aunque no hay ningún error gramatical en ese párrafo, la proximidad y repetición del adverbio «mientras» desluce el texto.
O así: [... mirando fijamente a la puerta del baño mientras escuchaba correr el agua, y se preguntaba qué demonios les estaba pasando.].
Este título corresponde al primer volumen de la llamada «Trilogía del Baztán», y ha sido una de las sorpresas literarias más aplaudida por lectores, libreros y críticos.
Destacamos la correcta edición de la novela y señalamos únicamente dos cuestiones: una de estilo; y otra que constituye un error ortotipográfico aparentemente inocuo, pero indicativo de la importancia que puede llegar a tener una simple raya [—] en un diálogo, para que este adquiera un sentido u otro.
1.- Errores ortotipográficos
Pág. 30
La raya reivindica su importancia ortográfica: en este diálogo, tal como está escrito, la falta de la raya de cierre del inciso del narrador provoca que se confunda lo que dice este con la respuesta que el interlocutor da a Amaia.
Por tanto, debe ser:
—Afeitados, sólo una sombrita —dijo sonriendo[—], justo encima.
Como se observa, la correcta colocación de la raya en esa frase no deja dudas que «justo encima» es la continuación de «Afeitados, sólo una sombrita»; y no que, al tiempo que sonreía, el interlocutor se había situado encima de Amaia.
2.- Estilo
Pág. 207
Aunque no hay ningún error gramatical en ese párrafo, la proximidad y repetición del adverbio «mientras» desluce el texto.
Sin alterar el contenido, podría mejorarse el estilo así:
[... mirando fijamente a la puerta del baño y, mientras escuchaba correr el agua, se preguntaba...].
O así: [... mirando fijamente a la puerta del baño mientras escuchaba correr el agua, y se preguntaba qué demonios les estaba pasando.].
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